Luis Alberto Ambroggio - Academia Norteamericana de la Lengua Española

II

En esta rica tradición, entronca el nuevo poemario de Alfredo Pérez Alencart, Pájaros bajo la piel del alma, y así cantan los pájaros a los ojos y al corazón con las imágenes, los susurros, las emociones de los versos y los grabados, como la que provocaban aquellos antiguos versos, luego canciones, ““cuervos le saque los ojos y águilas el corazón”, “Se equivocó la paloma / se equivocaba / creyó que el trigo era agua /se equivocaba.”
Trata aquí el poeta de liberar los pájaros de su alma, luego de preguntarse abrumado por la responsabilidad y el júbilo de “cómo alumbrarlos”, para que “otros hombres” tengan “pájaros donde posar sus ojos”. Ecos de la princesa del poema “Margarita” de Darío que recorre cielo y tierra, para lograr atrapar la luz en “que luce con la estrella / verso, perla, pluma y flor.” Lo hace Alencart con ese mandato y compromiso que plasma en el verso del poema “Regalos para Leonardo”: “Libéralos por todos/los cielos y que enmudezcan/las voces de tu ciudad!”.
Los títulos del poemario configuran en sí un poema y merecen ser citados como tal: “Pájaros que me alimentaron/Todo está claro ahora/El poeta-pájaro/ Mantente firme, pájaro de la esperanza/Garza vista al final del arco-iris/Volarán los poemas como vuelan los pájaros/Cantaban alegres.../Una grulla de Origami envió el maestro Akira Yoshizawa /El plumaje.../Dios se hizo pájaro/Regalos para Leonardo /Un gorrión visita mi ventana / Pajarito del amor/ Palomas / Amanecer de pájaros / Paucares en sus nidos / Villacinco / El hombre-tucán / Evolución / Balada del pájaro solitario / Semejanzas /Caligrafía de las gaviotas /Un pájaro me enseñó a volar / Preguntas al Gavilán /Mi madre zurcía pájaros / Qué bonita sería / Esta larga caricia de palomas / Cementerio de pájaros /¿También tú, querido cuervo? / Gallito de las rocas /Confesión de parte / Good-bye”.
A partir de los “Pájaros que me alimentaron...donándome su escuchable realidad”, el yo poético entra en un diálogo en que “el poeta y el pájaro / se hablan de selva” (porque este poeta es la selva - como dice Enrique Viloria Vera- y la selva lo habita plenamente [11]). Al atardecer, en ese día proceso transformante “el poeta-pájaro queda/pastoreando sombras de jaguar/con sus otros ojos/de luz”. Poeta que vuela la esperanza y viendo por encima de los contratiempos, divisa “la belleza/solitaria de una garza/ en cuya cabeza terminaba/el arcoiris”. Una imagen feliz que acentúa la enérgica elevación para empezar luego con “volarán los poemas/como vuelan los pájaros”, hasta llegar a la orginalísima paráfrasis de que “Dios se hizo pájaro” (“Dios era Verbo y el Verbo se hizo carne”).
El diálogo continúa con preguntas al “Gorrión (que) visita (su) ventana”: “¿Cómo llegaste aquí, /gorrioncito americano/de garganta blanca?”, con los deseos del poema Palomas “Aspiro a la inocencia/que diluvian las palomas /desprovistas de banderas”, con más “Preguntas al Gavilán”: ¿Cómo se atraganta/la vida de los codiciosos/que no tienen más árboles/que cortar?, / ¿cómo ocultan/el serrín de su alevosía?,/¿cómo se sienten luego/de reventar la selva?”; y reflexiones como en “¡Qué bonito sería/que no dispararan/contra los pájaros...!”, al mismo tiempo que comprueba “hombres disparándose/.../entre sí”. Y nuevamente la esperanza como en el epitafio que adelanta en el “Cementerio de pájaros”: “Así me entierren/seguiré cantando”.
La parábola del poema ¿También tú, querido cuervo? tiene las resonancias bíblicas de los momentos de deserción en la pasión de Jesús de Nazaret.
La rebeldía del poeta, su “revolución de la infancia”, consiste en quemar “el espantapájaros”, como para deshacerse de un espanta vida, un espanta felicidad.
Entonces el poema “Good-bye” (en contraste al “adiós” resignado y fatídico del gorrión de William Carlos Williams) es el revitalizado que dan los pájaros cuando vuelven “a su casa futura”, acabando el poemario con la fervorosa advertencia de creyente: “Alzamos vuelo:/no coloquen más trampas, / oh gente sin fe”, expandiendo así el mandato del Maestro y el misticismo de la mejor tradición clásica española y salmantina. “Pues todas las aves vuelan / corazón / pues todas las aves vuelan / volad vos”.
Este fue, valga la expresión, un vuelo de pájaro sobre el último poemario de Alfredo Alencart Pérez, poeta de poetas, catedrático de la Universidad de Salamanca, y la poesía de la pintura de Miguel Elías; poemario que nos empuja a volar hacia dentro y hacia el infinito, en la expresión estética y esperanzada que constituimos todos los seres humanos y la poesía de los pájaros.

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Acerca del autor

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Biobibliografía

* Luis Alberto Ambroggio es miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y PEN. Poeta, ensayista y crítico con nueve poemarios publicados, integrante de antologías poéticas de los EE.UU. (Cool Salsa, DC Poets Against the War), España (Nueva Poesía Hispanoamericana, Prometeo y otras) y Latinoamérica. Su poesía aparece en numerosas revistas, suplementos culturales, textos de Literatura (“Pasajes” y “Bridges to Literature”). Ha obtenido premios y distinciones. Su poesía ha sido grabada en los Archivos de Literatura Hispana de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU.