Luis Alberto Ambroggio - Academia Norteamericana de la Lengua Española

I

La poesía de los pájaros [1]

Con el pensamiento oriental de que “la poesía es un cuadro sin formas y la pintura un poema con formas”, Miguel Elías (el pintor) y Alfredo Pérez Alencart (el poeta), se embarcan hermanados en el cielo del arte y esta publicación, a crear, procrear y recrear los Pájaros bajo la piel del alma, combinando la imagen lírica con una referencia visual mágica, en que los pájaros afirman y dibujan la condición humana de todos.
Los pájaros han habitado siempre la literatura. Los domésticos y los salvajes que conviven con nosotros, nuestra propia ancestría de alas, sus trinos, su lenguaje, su melodía, atraen a los humanos con su misterio y los diferencia de otros animales, tocando el aire y el cielo de nuestra propia espiritualidad. La literatura y el arte greco-romano ya reflejaban esta familiaridad y trascendencia. En el siglo XI, el poeta Farid Ud-Din-Attar (1119-1220?) escribió “La asamblea de los pájaros”, en la que los pájaros se dan cuenta que no tienen rey, y representando la búsqueda sufista por anular el ego individual para perfeccionar el comportamiento hasta llegar a la Verdad, este tesoro de la literatura medieval, relata los pasos de purificación y otras superaciones de miedos, limitaciones, por valles, hasta alcanzar la morada del pájaro legendario Simburg. Entre los escritores españoles, el sefardita malagueño Ibn Gabirol llenaba sus poemas de aves distinguiendo, conforme a las escrituras bíblicas o rabínicas entre aves buenas (palomas, pichones, colombófilas, golondrinas) con las malas (halcón, buitre, etc.), según lo detalla María José Cano Pérez en su trabajo “Las aves en la poesía secular de Ibn Gabirol” [2]. En fin, todas las expresiones poéticas que el gran catedrático de Literatura Española y académico de honor de la Real Academia de la Lengua, José Manuel Blecua Teijeiro, en 1943, ha recogido en su libro Los pájaros en la poesía española [3].
En la mitología y leyendas mexicanas, y la poesía centroamericana, la presencia vital de las aves, ha sido documentada, entre otros, por Margit Frenk Alatorre en su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua en 1994 cuando se refirió a la “Charla De Pájaros, O, Las Aves En La Poesía Folklórica Mexicana” [4]. Ya antes Salvador Novo, en el año 1953, también en el día de su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua, con una ironía y humor deliciosos había leído un ensayo de cómo las aves eran una imagen recurrente en la poesía castellana de los siglos de oro, resaltando proféticamente el abandono actual de los antiguos símbolos y cómo la civilización industrial ha limitado casi hasta su extinción nuestro testimonio de la naturaleza [5].
El poeta vanguardista nicaragüense José Coronel Urtecho antologó "Aves y pájaros en la poesía y el arte nicaragüenses" [6], siendo paradigmática la simbología y presencia del cisne en la poesía de Rubén Darío y el modernismo.
Por otra parte en la literatura inglesa-norteamericana de los últimos siglos, como lo documenta Leonard Lutwack en su obra Birds in Literature, [7] las aves, los pájaros pueblan los textos, con versos, metáforas, imágenes, desde los clásicos como el ruiseñor (nightingale), cisnes; las aves de Dickinson, Whitman y Stevens. Las aves sobrenaturales, dioses mitológicos, que se integraron de antiguas creencias ya sean clásicas o de leyendas indígenas, el quetzal de Lawrence, por ejemplo. Luego la insistente presencia del cuervo (raven) en Edgard Allan Poe, el cuervo (crow) de Ted Hughes, y el halcón en Jeffers. Los pájaros atrapados y sacrificados, como el albatros de Coledridge. Autores de otra procedencia como Ibsen (pato salvaje), o Chekhov (la gaviota) y Kosinski (el pájaro pintado) han inmortalizado esos pájaros específicos. Pero todos los poetas interaccionan con las aves, los pájaros, en el vuelo del amor, el erotismo, en la paz de la paloma, en la altura y rapacidad del águila y otras aves de rapiña, en la golondrina peregrinante, en el gorrión común, en el canto del ruiseñor o la alondra, y la burla del loro o papagayo. Más aún en la actualidad cuando la tendencia ecocrítica de analizar los textos literarios recalca la simbiosis con el cosmos, el sistema ecológico, el mundo, del que forman parte tanto los que lo expresan como la naturaleza que los encierra y las aves que los inspiran.

Curiosamente al penetrar la selva de mi propia poesía, descubrí que inconscientemente en su libertad había enjaulados aves, pájaros, que me transportaban a otras regiones. Allí estaba en el poemario “El testigo se desnuda” [8] el gorrión de William Carlos Williams expresándose estoicamente “esto era yo,/ un gorrión, / hice lo mejor que pude;/ adiós”. Y mis loros en el poema “Vida” “que hacen el amor/religiosamente/tres veces al día”. Las golondrinas de “Mi pueblo camina” que canta el gene del inmigrante, discriminado, impertérrito: “Nietzche no es el padre del eterno retorno./ Con el cíclico azar de sus perennes cielos/las golondrinas fielmente lo practican./Es más, sus colas cortan en el aire los límites/con que los hombres se encaprichan/…/De donde vienen siempre traen primavera./…/ En las alas de quien hay partidas existen vueltas./ En estos nidos que sangran viven muchos vuelos./ Golondrinas, inmigrantes, honor de sus especies altas./ Desde su pedestal blanco de cadáver, el encapuchado/ gritó “golondrina”. El insulto vuela en versos todavía”. O pidiéndole a mi amigo poeta Najeson de Israel, “José Luis, amigo bohemio de esperanzas bellas/ suelta desde Hebrón las palomas blancas” en “Aún no han remontado vuelo”. Y en el mismo libro en el poema “Su canto de paloma duele”/cuando se hunde el crepúsculo/ hasta el fondo de la noche larga. /Todos volamos para descifrar poco a poco/ese color perplejo/del que somos una sombra/y una pluma turbulenta”. Presentes otra vez en el Canto IV del poemario “Por si amanece: cantos de guerra” [9] en la sección del Diluvio Universal: “Aguas destiladas de culpa/…/El cielo decreta un arco iris/…/la esperanza resucita en los mortales /…/con un almanaque que dice:/mientras germine el olivo/de palomas liberadas/animando el reloj azul/…/sobre el lenguaje intenso del agua, /brotarán parejas ilusas,/raíces encendiendo llamas”. Y ambos, el gorrión y la paloma (con otras aves), en el resumen plegaria del Poema “Providencia” del poemario “Laberintos de Humo” [10]:
1.
El gorrión es tu pájaro preferido
Señor,
Misteriosamente.
No lo es el águila majestuosa
Ni el loro charlatán y colorido.
Tú, Señor, lo presentas como ejemplo de amor divino.
Le provees a diario sus migas, su plumaje,
Y esa risa libre que brinca airosa
En cada uno de sus torpes saltos.

….
3.
Si, a falta de palomas verdaderas,
Señor, por el bien de nuestros niños
En este mundo de águilas,
A cada gorrión en su pico le pusieras
Un gigante ramo de olivo fresco,
Nuestra ave preferida,
Misteriosamente, Señor,
el gorrión también lo fuera.

También las gaviotas, y las águilas como en el poema sobre “El Águila y los zapatos ilegales” que pregunta “¿Querrá el Águila desconocer /que lo ilegal es el odio/ de sus zarpas y de su pico?” y acaba preguntándose “¿De quién es el Águila?” Y más aves en “Testamento”: “Mi ilusión es dejarles /un bosque que no tiemble/…/ de los pájaros/ el amanecer con todos sus matices/palomas, calandrias y cardenales/y una familia de águilas/unida en la montaña”. Y así voy soñando con Antonio Machado, acaso la revelación y la música de un nuevo amanecer, el compromiso riguroso de su trino mañanero y despedida nocturna en el rito cotidiano, la lírica de nuestro propio canto y desencanto.

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Acerca del autor

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Biobibliografía

* Luis Alberto Ambroggio es miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y PEN. Poeta, ensayista y crítico con nueve poemarios publicados, integrante de antologías poéticas de los EE.UU. (Cool Salsa, DC Poets Against the War), España (Nueva Poesía Hispanoamericana, Prometeo y otras) y Latinoamérica. Su poesía aparece en numerosas revistas, suplementos culturales, textos de Literatura (“Pasajes” y “Bridges to Literature”). Ha obtenido premios y distinciones. Su poesía ha sido grabada en los Archivos de Literatura Hispana de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU.